Pasaban los días e intentaba vivirlos con la mayor naturalidad. Aferrándose a sus rutinas, metódica y aburrida. Algunas veces un llanto incontrolable, súbito le asaltaba en los momentos mas inoportunos de la jornada. Incluso paseando, a la mirada de todo el mundo, hubo veces que Malena debió correr a refugiarse para no ser espiada. Ella que siempre escondía, su verdad al mundo.La angustia que la dominó, hasta dejarla exhausta durante años, había desaparecido. Su lugar lo ocupaba entonces una pena honda, insondable atada desde el principio a su vida. Era lógico , por fin, tenía la certeza que no existía lo único que anhelaba desde siempre. . Sabía que el vacío no se llenaría nunca y paradogicamente su vida se fue ordenado. Cuanto más persistente su dolor ,mas se redimía de antiguos pecados contra ella misma. Aquella voz de mujer, al otro lado del teléfono, acabo de devastar su esperanza. En ese instante todo encajó. La ansiedad, el desconcierto, la rabia que la había perseguido durante la convivencia con el. De nuevo se había fabricado una muleta a mediada. Todo se justificaba, en el fondo siempre supo que Nacho no era suficiente. Acaso, como sospechaba, no merecía que la amara nadie. Entonces se abandono , y dejo que un frío glacial la calara hasta la médula.
Cuánto dolor en el alama de la protagonista. Ese dolor que nos proporciona la herramienta veraz para escribir y describir el destino, la imágen y la poesía. Muy bueno!
ResponderEliminarAprovecho para enviarte mis saludos desde Rosario, Argentina y decirte que a través de este maravilloso mundo de la internet nuestors escritos vuelan, llegan a lugares inimiagiables. Besos y estamos en contacto! Graciana.